Datos de la ruta ...
Localidad: Almaraz de Duero
Dificultad: Sencilla
Distancia: 9 Km (ida y vuelta)
Recorrido: Lineal
Época recomendada: Primavera
Apta para niños: Sí
Hoy os proponemos una pequeña ruta por la parte zamorana de Los Arribes del Duero.
Se trata de un relajado y sencillo paseo apto para para toda la familia. No hay problema ni peligro alguno a la hora de llevar a niños pequeños o perros.
Eso sí, dependiendo del tipo de relación que tengamos, si nuestra suegra da pistas de querer venirse con nosotros, siempre podremos decir que se trata de una de las rutas más peligrosas conocidas por el hombre, y que no tenemos suficiente oxígeno embotellado para todos.
Comenzaremos desde la localidad zamorana de Almaraz de Duero, concretamente desde su Plaza Mayor. Como toda buena Plaza Mayor que se precie, tiene su Casa consistorial, su iglesia, sus niños dando balonazos a la fachada de la misma, sus 3 o 4 perros paseando (mención especial para Marzo, muy buen cánido y mejor persona) y por supuesto, su bar.
Cogiendo la calle que baja junto al pequeño arroyo del pueblo llegaremos a la fuente principal. Fuente que bien merece un paradita para darle a la manivela, ya que hablamos de una fuente románica del siglo XII. Por esa época no bastaba con pulsar un botón y obtener el premio. Eran tiempos duros, y si querías agua, te tocaba remangarte y trabajar un poco el tren superior.
Saldremos del pueblo siguiendo esa misma calle, llamada Calle Puerto y enseguida enlazaremos con la pista forestal que supondrá la mayor parte del paseo.
Este paseo lo haremos andando paralelamente al arroyo que sale del pueblo y, aunque no está señalizado, perderse por aquí es bastante difícil. No hay más que seguir la senda forestal. Si alguien logra perderse, desde aquí le invitamos a que se presente a algún programa de esos en los que muestras tu talento y habilidades a un jurado que tiene una alcachofa roja entre las manos, y que sabe de todo y de nada.
El único punto conflictivo del recorrido es una pequeña bifurcación situada a unos 2 km del pueblo y que deberemos superar eligiendo el camino de la izquierda (adjuntamos foto).
Seguiremos caminando 1 km en llano, hasta llegar al único cartel informativo de toda la ruta. Cabe decir que se puede llegar en coche hasta este punto y dejarlo aquí, siempre y cuando tengamos un coche que se pueda permitir circular por caminos irregulares y en los que puede llegar a haber bastantes piedras. Nosotros invitamos a disfrutar de todo el camino desde el propio pueblo.
A partir de aquí, se inicia la bajada hacia el río y el recorrido empieza a ser bastante más interesante a todos los sentidos, especialmente a la vista. Podremos apreciar la grandeza y dimensión del Duero en este punto y disfrutar de las muchas aves que viven por la zona.
En nuestro caso, estando totalmente alejados del estereotipo de superviviente, pudimos deleitarnos de la majestuosidad de varios buitres que nos sobrevolaron durante buena parte del recorrido. Sin duda, se estaban frotando las manos pensando en el más que probable festín que se iban a dar a nuestra costa.
Habiendo llegado ya prácticamente a la altura del río veremos a poco más de 200 metros unas ruinas mineras. Es una zona prefecta para sentarnos (hay dispuesta una mesa con bancos) y disfrutar de nuestro obligatorio bocadillo de tortilla de patata. Con mucha, mucha, mucha cebolla o sin ella… Nosotros no nos queremos posicionar públicamente en un tema tan delicado y polémico, y que ha supuesto la desestructuración de tantas y tantas familias en éste nuestro país.
Desde aquí ya tendremos una buena vista de la cascada que hemos venidos a ver. Nuestra sorpresa fue ver que pese a llamarse Cascada de las pilas, todavía no ha sido comprada como soporte publicitario para anunciar marcas como Duracell o Energizer.
Luego supimos que esta cascada en realidad se compone de 2 saltos de agua a distintos niveles. La zona donde reposa el agua en cada uno de esos saltos, es lo que llamamos pila, lo que da explicación al misterio del nombre.
Por aquí nos podremos sentir más o menos aventuremos. Podemos darnos la vuelta y volver por el mismo camino. La otra opción es subir con la ayuda de pequeñas cuerdas allí situadas a modo de barandilla, y de unos escalones de metal para ver el punto donde se unen los 2 saltos de agua.
Conviene tener cuidado en esta zona ya que, aunque no es peligroso, un mal resbalón si podría tener fatales consecuencias. Seguramente este punto suponga las mejores vistas de todo el recorrido, ya que llegamos a ver las 2 cascadas, con sus pillas y el Duero de fondo.
Aquí encontraremos otra de las sorpresas del camino. Un pequeño túnel en la roca de unos 60 o 70 metros que podremos atravesar sin problemas para llegar a la parte alta del primer salto de agua. Nosotros recomendamos hacerlo con alguna linterna sabiendo eso sí, que es muy probable que nos mojemos un poco, o un mucho, los pies.
Visto ya desde arriba éste primar salto de agua, no volveremos a bajar por la zona de cuerdas y escalones, sino que seguiremos por la parta izquierda de la cascada para bajar de nuevo a la altura del río, y ahí sí, volver por la misma senda por la que vinimos. No nos queda más que disfrutar de los 4km que no separan del pueblo.
Como apunte final, decir que nosotros recomendamos visitar esta zona en primavera ya que es cuando más espectacular está la cascada debido a su cantidad de agua. En verano podemos llegar a llevarnos un pequeño chasco, ya que suele estar con bastante menos agua.
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